de un mar aun no amanecido,
la noche tilda su piel de estrellas,
bajo un manto de luna, por ella oscurecido.
Cuerpo, no ocultes tu luz brillante,
bajo aciagos océanos de sonrisas,
deja que tus labios canten,
y los mios supliquen, rogando sus caricias.
Alma, tu alma, anhelo del alma mía,
como aquella hermosa canción,
vuela mi corazón, para ti... amada mía.
David RS